dibujaste una
a una las baldosas
y no
volviste atrás
perdiste la
cuenta de los besos
de los
amores perros
de las lunas
de plata
te fuiste
murmurando palabras
obscenas
para otros
no para ti
nunca para ella
trepaste a
las farolas borracho de dolor
te miraste
en los charcos desabridos
acabado
triste furibundo
con su marca
en la espalda
en la frente
en la boca
en tu sexo
dormido
y no
volviste atrás.
L.C.