Víctor Sheleg |
y agitar oscuras azucenas
sembradas en jardines muertos
podría explotar en un sinfín de átomos la noche.
Aunque no sé si alcanzaría
para curarme el alma
para recuperarla del secuestro diario de sus horas.
Me pierdo en sordos cascabeles
para ahuellar la huella
y caminar errante
y pegar mi espalda a la espalda de los muros.
Me pierdo en antiguos amalgamas
para amuecar la mueca
y desoír lo oído
y abandonar mi piel en todas las ciudades.
Aunque no sé si alcanzaría
para volverme otra
para salvarme del espeso tic tac de la costumbre.
Y que me arropen vaivenes de todos los colores.
Y que se hundan oleajes de todas las nostalgias.
L.C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario