miércoles, 8 de enero de 2014

Contradicciones

De mis dedos se desprenden rayos azules que te rozan hasta alcanzar el mar.
Y puedo volverme espuma y serpentear buscando la frontera imprecisa de nuestros cuerpos.
Y puedo deleitarme, o no,  trepando por tu abismal costado, adueñarme del eje de tu plexo solar, asentarme en tu alma o detenerme en el hueco de tu mirada ausente.
Y puedo consentir que las cinturas se acomoden y se engarcen, y abandonarme al desahogo de tus brazos que dejan caer sus manos sobre mí.
¿Por qué el silencio trueca a verde plata y regresa el tintineo de lejanos cristales?
¿Por qué se ofuscan, abusadores, los enigmas del pasado y se conjuran en desasosiego?
¿Por qué entonces se oscurecen los sonidos de la tarde en la piel?  Luz Cassino


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