lunes, 22 de febrero de 2021

¿Por qué escribimos?

 

Decía Anaïs Nin que "escribimos para saborear la vida dos veces", de lo que se deduce que en la base de todo proceso creativo está el deseo y, por consiguiente, la búsqueda de su satisfacción. 

Entonces si escribir es deseo y búsqueda, es también aventura. Mientras navegamos por las agitadas aguas de la creatividad nos estamos interpelando, desempañamos aquel gastado y único espejo, abandonamos nuestra zona de confort para al fin, y en el mejor de los casos, redescubrirnos en un nuevo puzzle que nos devuelve una imagen diferente, tal vez más real de quiénes somos.

El poder terapéutico, el poder de sanación de la escritura nos alcanza. La palabra escrita se convierte en una poderosa herramienta de autoconocimiento que colabora en el despliegue de habilidades personales, acompaña el desarrollo de la inteligencia emocional, nos permite asumir nuestros sentimientos y facilita nuestro equilibrio mental, físico y emocional.

Escribir es, sin duda, un instrumento de cambio y una oportunidad de conocernos más y mejor cuyos beneficios redundan en nuestro devenir personal y profesional. 

Un viaje interior que mejora nuestra autoestima, nuestra relación con el entorno y nuestra productividad.

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